Restyling
en Malasaña

A la dueña de este piso ubicado muy cerca de la calle Fuencarral, le corría mucha prisa venderlo para poder comenzar un nuevo proyecto.

En esta ocasión lo que hicimos no fue un home staging completo, sino un “restyling”.

El piso había estado de alquiler hasta la fecha y ya venía con mobiliario. Por lo tanto, de cara a su preparación para la venta, elegimos los muebles más atractivos y neutros, y nos deshicimos de los deteriorados o desactualizados.

Después de marcharse los inquilinos, fue necesario una limpieza profesional del piso además de un lavado de cara parcial.

Con excepción de uno de los dormitorios, el piso era muy luminoso así que elegimos pintar las paredes de la sala de estar de un blanco roto, algo más apagado que el blanco “estándar” pero que resaltaba el color verde azulado de los pilares y además tiene la ventaja de tapar mejor las manchas y los desperfectos de las paredes.

El dormitorio interior, al entrar menos luz, se pintó de un blanco más claro que la estancia principal.

Una vez terminada la puesta a punto, aportamos material de nuestra propiedad para completar y realzar la decoración existente. Al estar ubicado en el barrio de Malasaña y al tener de por sí una personalidad propia, el material que elegimos añadir a los espacios tenía que ser moderno, sofisticado y acorde con el estilo de la vivienda.

Elegimos vestir los tres balcones que a pesar de ser pequeños tienen unas vistas muy urbanas, típicas de quien busca adquirir vivienda por esta zona.

También se puso el foco en la cocina, moderna y espaciosa, para que pudiera lucir lo más atractiva posible. Para eso, lo más importante fue despejarla de cualquier trasto y añadir un detalle apetecible como fue una fuente de cristal con cupcakes.

Por último, la fotografía fue esencial para enseñar un espacio diáfano, limpio, fresco y moderno.