Lavado de cara

en un ático con encanto

Nos encanta el rojo. Es un color vibrante. Pero si tuviéramos que vender nuestra casa, sabemos que tener pintadas las paredes en ese color no nos haría ningún favor.

¿Por qué? ¿Acaso es un color feo? 

En absoluto.

Pero nuestro objetivo como profesionales del home staging es conseguir que los potenciales compradores de una vivienda no se distraigan, sino que centren su atención en imaginarse viviendo en la casa que están visitando.

Si lo conseguimos, habremos recorrido más de la mitad del camino hacia la venta.

Por eso, no nos gustaría que salieran de la visita y que su recuerdo más potente fuera una pared pintada en un rojo chillón. Sobre todo, si es un color que odian.

Los tonos neutros aportan calidez, dan luminosidad y ayudan a transmitir sensación de amplitud.

Teniendo todo esto en cuenta, ¿qué crees que funcionará mejor a la hora de vender? ¿el recuerdo de una pared pintada en un color que disgusta a tus clientes, o la sensación de haber visitado una vivienda confortable, amplia y luminosa?

Y si combinamos la pintura con un lavado de cara exprés en la cocina y los baños, tenemos un combo ganador.