Piso vacío con distribución poco convencional
en Valdemoro

Lo primero que nos comentó el propietario de este inmueble cuando contactó con nosotros fue que le corría prisa venderlo para iniciar una nueva aventura fuera de España.

Nunca había contratado los servicios de un home stager y había descubierto la existencia de esta profesión por casualidad, al buscar recomendaciones en Internet sobre cómo vender una vivienda rápido.

Al visitar la propiedad y constatar que estaba en buen estado, decidimos hacer un lavado de cara exprés: pintamos de blanco el piso entero para refrescarle y arreglamos algunos desperfectos menores pero que, de no haberse solucionado, habrían hecho que los compradores atribuyeran menos valor a la vivienda y seguramente hubieran intentado negociar el precio a la baja.

Una vez terminada la parte de puesta a punto, amueblamos el piso que se encontraba vacío con una mezcla de material real y efímero.

Los muebles de cartón son un recurso muy utilizado en home staging, ya que ayudan al comprador (o al inquilino) a colocar sus propios muebles utilizando la imaginación.

Además, los muebles de cartón son prácticos, se pueden colocar sin necesidad de contar con la ayuda de un equipo de mudanzas y, su coste, es mucho más accesible que el de unos muebles de verdad, lo cual reduce el precio del servicio.

Como es habitual y siempre con el objetivo de mejorar aún más la experiencia de las visitas, utilizamos material de cartón para los muebles más pesados, pero incorporamos algún que otro mueble pequeño real, como pueden ser las sillas del comedor o las mesitas auxiliares.

El principal desafío en esta vivienda era la distribución poco convencional del salón comedor. Era necesario evaluar todas las opciones para poder mostrarles a los potenciales compradores qué ambientes se podían crear en este espacio irregular y cómo se podía organizar el espacio.

En la pared más grande decidimos colocar un sofá de 3 plazas ya que cabía perfectamente sin que empequeñecera el espacio.

En el trozo de pared frente al sofá, que por su tamaño pequeño y el hecho de que hubiera un radiador, no habría podido colocarse un mueble, suspendimos una pantalla de televisión. De esta forma, el espacio quedó relleno, se enseñó una manera eficaz de utilizarlo al mismo tiempo que quedó atractivo estéticamente.

Por último, decidimos transformar el pequeño rincón en uno de lectura. Por la estrechez de esta parte de la estancia no habría cabido un mueble grande. Al poner una planta y un sillón pequeño, hicimos que el espacio fuera acogedor, pero sin entorpecer el acceso a la única fuente de luz de la habitación.

¡Reto superado!