Si alguna vez has visitado una promoción de obra nueva, seguro que te resulta familiar la expresión “piso piloto”.

La idea es preparar un piso con decoración bonita y neutra, y con la mejor distribución posible para que el visitante pueda imaginarse viviendo allí.

Un espacio amueblado y decorado da mejor impresión y mejor recuerdo a quien lo visita que un espacio totalmente vacío, que será percibido como más pequeño de lo que es en realidad, así como frío y poco acogedor.

Las promotoras inmobiliarias suelen utilizar muebles que encajan con las tendencias en diseño y decoración del momento.

Entonces la promotora ¿ha de invertir en muebles caros? No necesariamente.

En el caso de esos dos pisos piloto que preparamos para una promoción en un barrio “prime” del centro de Madrid, hemos utilizado sofás y camas de cartón que cumplen perfectamente la función, y son mucho más económicos que los de verdad.

El resultado es creíble, cálido y efectista.

Como profesionales del home staging, de lo que sí huimos es de los espacios recargados que pueden resultar abigarrados y confusos a ojos del potencial cliente.

Los detalles y complementos están colocados y distribuidos con sutileza. ¡Así es cómo conseguimos conquistar al mayor número de personas!

Hoy en día, el potencial comprador de una vivienda hace un primer filtro por internet. Por lo tanto, invertir en una sesión de fotos profesional no es una opción, es obligatorio.

Los fotógrafos de interiores saben cómo retratar a la perfección los espacios y mostrar claramente la relación entre estancias. No se entiende el home staging sin una sesión fotográfica profesional.

Una puesta en escena profesional en un piso piloto ayuda a agilizar el proceso de venta y, al mismo tiempo, justifica el incremento en el valor de la vivienda.

Invertir en home staging es una apuesta rentable.